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Cómo desarrollar la gestión de residuos en las universidades

Poco a poco hemos ido percibiendo en los medios de comunicación y en las redes sociales un aumento del compromiso por parte de la sociedad, empresas e instituciones con relación a la preocupación con el medio ambiente. El crecimiento de la población está directamente vinculado a esta manifestación, en la cual la urbanización trae consigo la generación desenfrenada de residuos.

Con la tecnología y el avance de la construcción civil y la industria farmacéutica, por ejemplo, podemos observar un cambio significativo en las composiciones, características y en el aumento de la peligrosidad de los residuos sólidos utilizados en los cursos universitarios. Este crecimiento refleja el desarrollo de los patrones de consumo de la población y la forma de disposición de los residuos generados en las universidades.

Para obtener una visión más dinámica con relación a la generación de residuos sólidos en las universidades, reflexionamos sobre la cantidad de carreras universitarias ofrecidas en la Institución de las más diversas áreas de actuación en el mercado de trabajo. Esto desencadena un flujo grande de personas y de generación de varios tipos de residuos sólidos, siendo estos peligrosos o no.

En el ambiente universitario, así como en cualquier empresa, cuando los residuos no se encuentran bien administrados, es posible que sean conducidos de manera inadecuada hacia los vertederos, causando polución, tanto del suelo como del agua subterránea.

Además, una disposición incorrecta puede contaminar los cursos de agua de las inmediaciones, que se utilizan para recoger agua para su tratamiento y posterior consumo humano.

Para obtener un conocimiento amplio de la cantidad y tipos de residuos sólidos que se generan en las universidades, es necesario implementar un plan de acción de manejo con el respectivo Plan de Gestión de Residuos Sólidos (PGRS), con el objetivo de analizar la generación en la fuente, la separación y destinación adecuada para estos residuos.

Estos planes deben hacerse con el uso de estratégicas específicas para cada tipo de organización y requieren del apoyo directo de herramientas de gestión para apoyar el control y optimizar los procesos.

La gestión de residuos y la preservación ambiental en las universidades

Para que se pueda practicar la consciencia ambiental de la preservación y destinación adecuada de los residuos sólidos generados por las universidades, es necesario organizar estrategias de gestión en todos los sectores de la Institución.

Una de las acciones plausibles a tomar por los estudiantes, empleados y la comunidad en general, es la inclusión de contenedores de basura más grandes que agreguen varios tipos de categorías, como plástico, metales y vidrios, entre otros. Además de la utilización de bolsas en los colores de la norma CONAMA para que los residuos se almacenen correctamente.

También es posible implantar composteras para los residuos orgánicos, que pueden ser usadas por los alumnos en las clases prácticas sobre sustentabilidad y medio ambiente.

Con relación a los residuos considerados peligrosos (residuos y efluentes de servicios sanitarios o laboratorios de construcción civil) el cuidado debe ser duplicado y deben  recolectarse y almacenarse en lugares adecuados dentro de la Institución. Preferiblemente, este tipo de material debe ser recogido por empresas especializadas y licenciadas que utilizan sistemas de gestión de residuos para el descarte adecuado y el cumplimiento de los requisitos legales.

Por otro lado, los materiales que son considerados reciclables deben ser almacenados de forma específica en un lugar seco y cerrado, hasta su destinación correcta, para que no tenga contacto con otras sustancias que alteren su composición.

Más que fortalecer la imagen de la universidad como una organización sustentable, es de suma importancia implementar un Sistema de Gestión Ambiental dentro de cada sector. De esta forma, la consciencia y la actitud de preservación ambiental impacta en el consumo y en la destinación de residuos, trayendo beneficios para el bienestar del medio ambiente, a través de la optimización de los materiales, reducción de energía y el reaprovechamiento de los recursos naturales, así como también, con las diferentes prácticas conscientes y responsables.

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